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El posconflicto desde el lente del periodismo narrativo

Tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, se cerró el enfrentamiento ideológico por medio de las armas y se abrió el esclarecimiento de los hechos por medio de las palabras. 

     El conflicto armado colombiano tiene varios actores que, ya sean positivos o negativos, forman una historia de más de medio siglo de guerra, desde la conformación de la República Independiente de Marquetalia donde se dio a conocer el histórico comandante guerrillero Pedro Antonio Marín Marín alias "Manuel Marulanda Vélez o "Tirofijo", hasta la firma del acuerdo de paz con las FARC y el posconflicto que precedió después de esta. 

     El periodismo, a lo largo del conflicto, se ha empeñado en no dejar que las historias mueran en los recuerdos de sus protagonistas. Pero aparte de informar los acontecimientos de la guerra, el periodismo, también ha tenido el deber de llevar a sus lectores, radioescuchas y televidentes, a vivir y sentir el conflicto como un asunto colectivo y no ajeno, informando pero narrando los hechos como dijo Roberto Herrscher en un taller dictado en la Universidad Católica Luis Amigó “describir es convertir el paisaje en sentimientos”. 

 

Periodismo narrativo en la construcción de memoria en el conflicto

 

armado colombiano.

Construir memoria es conocer cómo y por qué sucedieron los hechos, conocer las versiones de los sucesos desde la perspectiva de cada uno de los actores. No obstante Olga Behar, en su libro La paz no se rinde, hace énfasis en la recolección de testimonios de los subversivos, pero sólo como acto de esclarecimiento y no tratando de darle fuerzas o justificación a ideologías: “No se trata de justificar lo sucedido, sino de intentar dar elementos para entenderlo” (Behar, 2018, p, 15). Ese es un reto del periodismo en el posconflicto, tratar de estar equilibrado entre la parcialidad y la ética. 

     Después del 24 de noviembre, firma del acuerdo final entre el gobierno y las FARC, iniciaría uno de los obstáculos más arduos para el conflicto entre estos dos rivales: el posconflicto. Luego de un año de la firma del acuerdo han surgido nuevos personajes, y problemáticas que se suman a los 52 años de guerra. Estas consecuencias, se tenían previstas teniendo en cuenta el posconflicto en países vecinos; sin embargo, el acuerdo de paz colombiano tiene su enfoque en las victimas. 

     En el libro Pistas para narrar la memoria se recalca la importancia de escuchar a las víctimas, conocer sus historias y pensamientos, esto no es un arreglo absoluto, y como dice la frase “el periodista no es un juez”, pero el sólo hecho de que la sociedad conozca las historias de las víctimas, sirve para que sepan que aún no han sido olvidadas. 

     El esclarecimiento de los hechos es un camino arduo donde las victimas relataran su historia y a la vez afrontan a los autores del conflicto los cuales también deben dar sus testimonios. Este asunto, visto desde un punto de vista periodístico, le corresponde y le es pertinente al reportaje. No obstante, para contar la historia de forma más detallada, descriptiva e inverosímil, el cómo de los hechos; la crónica, en ese caso, es la que tomaría el rol narrativo. 

     Cuando los distintos personajes del conflicto hablan, no sólo lo hacen para esclarecer los hechos sino también para hacer memoria para que la historia no muera con el tiempo. “Memoria es referirse al pasado y es aquí donde se está ante una fenomenología del recuerdo, que llama a hacer vigentes los hechos del pasado (Nueva escuela lacaniana, 2008, p, 65). 

     Durante todos los años de guerra el periodismo se ha puesto en la tarea quimérica de narrar los acontecimientos, para que, de este modo, la sociedad colombiana pudiera tener una mejor comprensión de su contexto. Sin embargo, las amenazas a periodistas, la información sesgada y manipuladora de medios tradicionales y  elitistas, son obstáculos que impiden la libre circulación de conocimiento objetivo de los hechos, teniendo en cuanta, también, la desconfianza que las FARC le tenían a los medios de comunicación después de los diálogos del Caguán. 

     No obstante, el acuerdo de paz, aparte de acabar con un conflicto de más de medio siglo, también sirvió para que la sociedad colombiana conociera más de esta guerrilla a través de los medios de comunicación los cuales se pusieron en la tarea de informar todos los sucesos que ocurran en el posconflicto.

     Es importante, también, analizar cómo ha sido el tratamiento periodístico de los medios de comunicación. El semillero de Liteperiodismo de la Universidad Católica Luis Amigó, se encargó de analizar cuál ha sido el aporte del periodismo literario en la construcción de memoria en el posconflicto entre los años 2016 y 2018, para ellos analizaron 30 crónicas de distintos medios nacionales; crónicas como “Nosotros no iniciamos el fuego” de la Revista Arcadia, donde relata la historia de algunos líderes de víctimas en Colombia; “los cristianos que apoyaron el proceso de paz desde una visión religiosa y actualmente se encuentran dictando charlas” o la crónica de la revista Semana “Montes de María: caminando hacia reconciliación con incertidumbre”. 

     Este trabajo por parte del semillero, donde revisan crónicas en el periodo del posconflicto, se puede observar el trato periodístico que tienen los medios de comunicación del país en este tema. Se puede dimensionar, a parte de la ideología de los medios, que las crónicas escritas en ese periodo se enfocan más que todo en las historias de las víctimas y en la rememoración de los hechos, aportando desde el periodismo a la construcción de la memoria. 

     Para comprender más sobre cómo el periodismo narrativo ha ayudado en la construcción de la memoria, es importante, a su vez, conocer una breve parte de elementos utilizados en la profesión para narrar: 

Nuevo periodismo 

Se le llama nuevo periodismo, periodismo literario o periodismo narrativo a la “utilización de distintas técnicas en el periodismo, la mayoría procedentes del campo literario’’ (Antonio C.Naranjo, p.47). Esta técnica o estilo narrativo comenzó a utilizarse no solo por periodistas, sino también por literatos  mucho antes de que Tome Wolf lo definiera en su libro “Nuevo periodismo’’ en 1965. El periodismo Narrativo también es considerado el boom de la literatura latinoamericana puesto que tiene una estrecha relación con la literatura de ficción, sin dejar de lado que el primer concepto se caracteriza por recrear y adornar los hechos, sin salirse del contexto real, de modo que se posibilite establecer dicha relación. 

     Cabe destacar que la forma estética literaria para narrar los acontecimientos sobreexpone la transitoriedad de los hechos, es decir, los sucesos no necesariamente tienen un orden cronológico, pero sí deben ser claros, concisos y coherentes para la comprensión en el lector. Kramer, 2001. citado por Carlos M. Correra afirma que el periodismo literario es una expresión muy certera porque construye un estilo de texto particular para ambas, literatura y periodismo. 

Crónica 

El género con mayor importancia y uno de los más utilizados en el campo periodístico, es la crónica y esto se debe a su nivel de utilidad para describir de forma simple los sucesos ocurridos explicarlos sin profundidad. Sin embargo se interesa más por la primera etapa de su construcción: la investigación y la novedad. Es decir “la crónica se da de un relato noticioso, sin noticia deja de ser crónica para convertirse en un relato histórico. Carlos M. Correa, p. 175. 

     Entre los diversos tipos de crónicas existentes, está la crónica literaria destacada por aproximarse a la contemporaneidad, además tiende a estar estrechamente relacionada con el periodismo literario. Pero no por eso se puede confundir o mezclar la narrativa y la finalidad, si bien la primera usa datos explicativos y suele dedicarse a un acontecimiento en particular, el segundo tiene un estilo narrativo embellecedor para los sucesos. 

 

     Por otra parte, para comprender el aporte del periodismo literario en el postconflicto es importante tener claridad de estos conceptos puesto que es necesario observar con ojos críticos la forma en que los periodistas narran los sucesos que aun siguen marcando el territorio colombiano y que continúan dejando secuelas en víctimas que presenciaron directamente la violencia y también los victimarios, más que en la población en general. 

Narrar desde el inconsciente 

“Lo que toca el corazón, se guarda en la memoria” Voltaire. 

El conflicto armado colombiano no solo ha causado la destrucción física y existencial del ser, sino también ha generado una degradación mental de las víctimas. Por ello se hace importante resaltar el punto cinco del acuerdo de paz en la Habana, Cuba: Reparación de víctimas: Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Esto se hizo con el fin de que las víctimas se encontraran cara a cara con los victimarios para que estos pudieran aclarar la verdad de los hechos. Este acontecimiento gira entorno a un asunto de memoria, de este modo se puede comprender que “la memoria no se basa en la historia aprendida, sino en la historia vivida” Maurice Halbwachs.

     Si bien la crónica se caracteriza por su estética narrativa, busca trasmitir las emociones externas al receptor, como se ha mencionado con anterioridad citando a Roberto Herschel, es convertir el paisaje en sentimientos, pero añadiendo descriptivamente el inconsciente de los personajes de la historia a contar: la memoria. 

     Las comunidades más afectadas por la violencia en el conflicto armado, poseen una memoria colectiva, porque aunque los hechos hayan ocurrido de manera individual y varían entre sujetos, los acontecimientos no son ajenos a la otredad, es decir la parte de la sociedad ajena al hecho. Los marcos de la memoria descritos por Halbwachs determinan que la memoria del individuo está marcada por el entorno social, de igual forma el marco de la memoria se debilita cuando también lo hace su contexto social. No obstante, existen sucesos del pasado que el individuo aún recuerda, sin importar el tiempo transcurrido y el espacio habitado y, esto relacionado con lo que mencionó Voltaire, cuando una acción de la otredad nos afecta física y emocionalmente, los recuerdos se hacen más presentes y duraderos. 

     “La memoria es un fenómeno siempre actual, un vínculo vivido con el presente eterno; la historia una representación del pasado’’ Pierre Nora. La vida cotidiana de un pueblos se forman a través de acontecimientosque marcaron el pasado y de este modo eso acontecimientos modifican creencias, pensamiento y forma de actuar de las comunidades, un ejemplo de ello es la Batalla de Independencia, que a lo largo de más de 200 años ha sido rememorada por los símbolos patrios. En el contexto actual el posconflicto es la consecuencia de hechos históricos arraigado en más de cinco décadas de guerra entre las FARC y el gobierno colombiano. 

     La rememoración de los sucesos históricos se hacen visibles a través de los medios de comunicación, estos ayudan a que los recuerdos ocurridos en determinadas comunidades no se queden solo allí, sino que sean conocidos por todo el territorio y transmitido entre generaciones. Es así como el periodismo cumple una importante función en la estructura social en la medida en que pone en vigencia las memorias ajenas. 

     En este orden de ideas es importante conocer los sucesos del conflicto, para entender lo que se vive hoy en el posconflicto. Esto para evitar la desinformación causada por partidos políticos los cuales tienen intereses de permanecer en la estructura del poder público. Para evitar esta y otras desinformaciones, es importante la investigación a profundidad y la descripción de los hechos, en este ámbito el periodismo narrativo se hace necesario para comprender y explicar el cómo y el porqué de los acontecimientos vigentes en memorias ajenas reflejándolas en lo social. 

     Durante el conflicto armado, desde sus inicios, surgieron historias que durante mucho tiempo han quedaron en el anonimato y hasta ahora solo algunas han conseguido salir a flote. Es así como el periodismo narrativo afronta el reto de develar en la medida de lo posible las historias que vayan ocurriendo en el postconflicto, para que en un futuro la sociedad conozca su estado sociopolítico actual, representado desde los sucesos del pasado. 

     Los medios de comunicación del país, después de la firma del acuerdo de paz, han priorizado este tema debido a que tanto las víctimas como los insurgentes se han abierto al diálogo gracias al punto cinco del acuerdo; Reparación de víctimas: Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Por otra parte, como las FARC pasaron de ser un grupo armado a un partido político, los periodistas no sienten la presión de las amenazas al publicar artículos relacionados con el postconflicto. 

     El periodismo, al encargase de narrar la realidad, los hechos del presente y las consecuencias del pasado. Cuando los hechos dejan de ser noticia y quedan en la memoria de los que la vivieron, entre la crónica y el reportaje que por su narrativa tienen la capacidad de relatar el cómo de los hechos y por qué sucedieron, respectivamente. La crónica, por sus características literarias, es el género periodístico pertinente para que los personajes de la historia describan sus recuerdos. “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla” dijo Gabriel García Márquez, donde la palabra es el elemento que materializa la memoria vivida. 

     La memoria, más que ser una cualidad inherente al ser humano, es un derecho. Según Olga Behar en su libro: La paz no se rinde, habla sobre lo que implica este derecho que es reconstruir el pasado: ¿qué pasó? ¿Cómo pasó? ¿Dónde pasó? ¿Por qué pasó? ¿Quiénes estuvieron? Y ¿Cuándo pasó?  Con las seis w el periodismo narrativo tiene la facultad de aportar a la construcción de memoria.

     “Así mismo, el derecho a la memoria pretende apoyar a las víctimas para que sean capaces de construir horizontes de sentido entre el presente del pasado y el futuro” (Behar, 2018).  

     Al igual que en una historia distópica de George Orwell, una sociedad sin memoria es una sociedad manipulada donde los hechos del pasado son moldeados a los gustos o intereses de los partidos políticos. En Colombia la desinformación y tergiversación de los hechos históricos en el conflicto han generado una polarización ideológica en los habitantes del país, un ejemplo de ello fue la victoria del NO en el plebiscito el 2 de octubre de 2016, donde la desinformación y las noticias falsas terminaron generando el rechazo del acuerdo de paz de la Habana. 

     Por esta razón, el país necesita de un periodismo imparcial, que esté al servicio de los ciudadanos y no de partido políticos. Esto con la importancia de preservar la memoria individual y social de las comunidades. Para que los recuerdos no se vean afectados por intereses individuales, los cuales buscan modificar los hechos de la historia. 

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