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“De la música al silencio”, el Teatro Carlos Vieco reclama atención a su abandono

Silencio y preguntas se encierran al entrar en el Teatro Carlos Vieco del Cerro Nutibara. Su asfalto y gradas de cemento albergan maleza, tierra y suelos rupestres en los cuales artistas cantaron, actuaron, trovaron, recitaron letras de vida y esperanza en medio de épocas de guerra y violencia.

 

     3 de la tarde, camino por el Cerro con mi mochila de estudiante y mi zapatazo de caminante cada día más gastados, camino recordando la historia de este importante escenario y su valor incalificable, incalificable como las obras artísticas de la familia Vieco, familia que entregó a Antioquia sus trabajos y su corazón. Desde el año 1984 el teatro Carlos Vieco se encuentra situado en la ladera del Cerro Nutibara, dicen las personas que pareciera estar incorporado a la vegetación, a la historia de los ancestros Abuerraes, a la pujanza y alegría inherente de los habitantes de su tierra. La trova, los versos y malicia antioqueña también sonaron en el Vieco, la aliteración y sarcasmo de los cantos le sacaban una sonrisa de oreja a oreja a quienes asistían al Festival de la Trova en el Vieco.

 

     Al cruzar las puertas se entraba en sintonía con la pragmática que llaman en mi tierra “País paisa”. La voz del alma y su poética llegó al Teatro en el año 1990 con el Festival Internacional de Poesía en Medellín. La poesía paisa con sus letras inspiradas en la resistencia civil y como una herramienta de contraponer la violencia y barbarie presentada en Medellín, siendo fiel a las palabras del poeta antioqueño Ateneo Porfirio Barba Jacob “Elevaron anclas para jamás volver, jamás volver a la violencia (…)”. La tusa y el despecho, símbolo de un pueblo de amores y desamores también se presentó en el Teatro.

 

 

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     Al escuchar a quienes recuerdan al Vieco, unos con tres pelos en la barbilla, otros con canas en su cabello, al caminar por el silencio y la memoria del teatro, al ver la maleza y no las expresiones de las artes, entendía el valor del teatro.

 

     El Vieco hacía que las artes tan distintas entre sí y llenas de disidencias, convergieran en un teatro que no es más que gradas rodeadas por árboles y una tarima con el nombre de uno de los músicos más representativos en la plural historia de Antioquia, el valor intrínseco del teatro se lo atribuyen los artistas que pasaron por allí y hacían del teatro su hogar y de la calle su escuela.

    

El Carlos Vieco fue cuna de artistas como El antioqueño “Juanes”, personajes que llenan de valor significativo el Teatro.

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